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    Los higos muestran que las especies no nativas pueden invadir los ecosistemas formando asociaciones inesperadas
    Las especies invasoras son una gran amenaza para los ecosistemas nativos de todo el mundo. Pueden competir con las especies nativas por recursos, como alimentos y hábitat, y también pueden transmitir enfermedades. Además, las especies invasoras pueden formar asociaciones inesperadas con otras especies que pueden perturbar aún más el ecosistema.

    Un estudio reciente publicado en la revista Ecology Letters encontró que las especies invasoras pueden formar relaciones mutualistas con las especies nativas. El mutualismo es una relación simbiótica en la que ambas especies se benefician de la interacción. En este caso, las especies invasoras proporcionaron alimento y refugio a las especies nativas, mientras que las especies nativas brindaron protección contra depredadores y competidores.

    Este tipo de relación mutualista puede dar a las especies invasoras una ventaja significativa sobre las especies nativas. Las especies invasoras pueden utilizar los recursos proporcionados por las especies nativas para crecer y reproducirse más rápidamente. Además, las especies nativas pueden ayudar a las especies invasoras a extenderse a nuevas áreas proporcionando un medio de transporte.

    La formación de asociaciones inesperadas entre especies invasoras y especies nativas puede tener un impacto devastador en los ecosistemas nativos. Estas asociaciones pueden alterar el equilibrio natural del ecosistema y provocar la disminución de las especies nativas. Es importante comprender este tipo de interacciones para desarrollar estrategias de manejo efectivas para las especies invasoras.

    A continuación se muestran algunos ejemplos de asociaciones inesperadas entre especies invasoras y especies nativas:

    - En los Estados Unidos, el invasor barrenador esmeralda del fresno ha formado una relación mutualista con el pájaro carpintero pelirrojo nativo. El pájaro carpintero se alimenta de larvas del barrenador esmeralda del fresno, lo que ayuda a controlar la población de la especie invasora. Sin embargo, el pájaro carpintero también crea nuevos puntos de entrada para el barrenador esmeralda del fresno en los árboles, lo que puede ayudar a que las especies invasoras se propaguen.

    - En Australia, el invasor sapo de caña ha formado una relación mutualista con la urraca nativa australiana. La urraca se alimenta de renacuajos del sapo de caña, lo que ayuda a controlar la población de la especie invasora. Sin embargo, la urraca también proporciona un medio de transporte para el sapo de caña, lo que puede ayudar a que las especies invasoras se propaguen a nuevas áreas.

    - En Europa, el invasor mejillón cebra ha formado una relación mutualista con la anguila nativa europea. El mejillón cebra proporciona alimento a la anguila, mientras que la anguila ayuda a dispersar las larvas del mejillón cebra. Este tipo de relación mutualista puede darle al mejillón cebra invasor una ventaja significativa sobre las especies nativas y puede conducir a la disminución de las poblaciones de mejillón nativo.

    Estos son sólo algunos ejemplos de las muchas asociaciones inesperadas que pueden formarse entre especies invasoras y especies nativas. Estas asociaciones pueden tener un impacto devastador en los ecosistemas nativos y pueden ser difíciles de controlar. Es importante comprender este tipo de interacciones para desarrollar estrategias de manejo efectivas para las especies invasoras.

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