Aumento de la complejidad social: La transición a la agricultura también condujo a una mayor complejidad social. Esto se debió al hecho de que la gente tenía que cooperar para poder cultivar y construir sistemas de riego. Esto condujo al desarrollo de nuevas formas de organización social, como jefaturas y estados.
Cambios en la dieta y nutrición: La transición a la agricultura provocó cambios en la dieta y la nutrición. La gente empezó a llevar una dieta más basada en plantas y también empezó a consumir más alimentos procesados. Esto provocó cambios en la salud de la población, como un aumento en la prevalencia de la obesidad y la diabetes.
Cambios ambientales: La transición a la agricultura también provocó cambios medioambientales. Esto se debió al hecho de que la gente comenzó a talar tierras para cultivar, lo que provocó deforestación y erosión del suelo. Esto también provocó cambios en el clima, como un aumento de la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera.
Mayor vulnerabilidad a las enfermedades: La transición a la agricultura también condujo a una mayor vulnerabilidad a las enfermedades. Esto se debió al hecho de que las personas comenzaron a vivir muy cerca unas de otras, lo que facilitó la propagación de enfermedades. Esto condujo al desarrollo de nuevas enfermedades, como la viruela y el sarampión.
En general, la transición a la agricultura tuvo un profundo impacto en las poblaciones actuales. Condujo a cambios en el estilo de vida, la dieta, la organización social y el medio ambiente. Estos cambios han tenido un impacto duradero en la salud y el bienestar de la población humana.