La afirmación no parece apropiada ni precisa desde un punto de vista científico. Se acepta ampliamente que el origen de la vida, específicamente la vida basada en el agua, comenzó en presencia de agua. El agua se considera crucial para las reacciones químicas, el autoensamblaje de moléculas y las condiciones generales necesarias para que la vida surja y evolucione. Si bien es un área de investigación apasionante para explorar entornos alternativos (como hipotéticos respiraderos hidrotermales en las profundidades de la Tierra u otros cuerpos celestes acuosos), la gran mayoría de la investigación y la evidencia científica todavía gira en torno a los ecosistemas acuáticos para comprender el origen y las primeras etapas de la la vida y sus exigencias fundamentales.