Hay varias razones por las que esta combinación de océanos y tierra se considera ideal para la habitabilidad. En primer lugar, los océanos desempeñan un papel crucial en la regulación del clima del planeta al absorber calor y transportarlo por todo el mundo. Esto ayuda a crear un entorno más estable y habitable para la vida. En segundo lugar, los océanos son una fuente de recursos esenciales para la vida, como agua, oxígeno y nutrientes. En tercer lugar, los océanos proporcionan un hábitat para una amplia variedad de vida marina, que puede sustentar redes alimentarias y ecosistemas complejos.
La cantidad de tierra de un planeta también es importante para la habitabilidad. La tierra proporciona una superficie estable para que se desarrolle la vida y también ayuda a crear una variedad de hábitats, como montañas, bosques y pastizales. Sin embargo, demasiada tierra también puede ser un problema, ya que puede provocar falta de agua y recursos.
En general, se cree que la mejor combinación de océanos y tierra para un planeta habitable es alrededor de un 70% de océano y un 30% de tierra. Esta proporción proporciona suficiente tierra para el desarrollo de ecosistemas complejos, al tiempo que permite el transporte eficiente de calor y nutrientes alrededor del planeta a través de los océanos.