El Océano Austral es conocido por tener el aire más limpio de la Tierra. Pero las razones precisas siguen siendo un misterio hasta ahora.
Hay algo más que una simple falta de actividad humana. Sí, hay menos gente allí que utiliza productos químicos industriales y quema combustibles fósiles. Pero también existen fuentes naturales de partículas finas, como la sal del mar o el polvo levantado por el viento.
Independientemente de su origen, las finas partículas sólidas o las gotitas de líquido suspendidas en el aire se conocen como "aerosoles". Consideramos que el aire limpio tiene bajos niveles de aerosoles, sin discriminar entre fuentes naturales o industriales.
Nuestra investigación reciente, publicada en npj Climate and Atmospheric Science , ha descubierto que las nubes y la lluvia desempeñan un papel crucial a la hora de limpiar la atmósfera.
Los niveles de aerosoles sobre el Océano Austral están influenciados por una variedad de factores. Estos incluyen la cantidad de niebla salina y la variación estacional en el crecimiento de pequeños organismos parecidos a plantas llamados fitoplancton, que son una fuente de partículas de sulfato en el aire.
Se producen menos sulfatos durante el invierno, que es cuando el aire sobre el Océano Austral es más prístino.
Pero esa no es la historia completa. El Océano Austral es también el lugar más nublado de la Tierra. Experimenta lluvias esporádicas y de corta duración como en ningún otro lugar. Queríamos comprender el papel de las nubes y la lluvia en la limpieza del aire.
La mayor barrera para comprender estos procesos siempre ha sido la falta de observaciones de alta calidad de las nubes, las precipitaciones y los aerosoles en esta región del mundo mal observada.
Afortunadamente, una nueva generación de satélites nos permite estudiar imágenes de nubes con un detalle sin precedentes. Desarrollamos un programa informático para reconocer diferentes patrones de nubes en una vasta área del Océano Austral.
En particular, estábamos atentos a patrones distintivos en forma de panal en el campo de nubes. Estas nubes en forma de panal son de gran interés porque desempeñan un papel importante en la regulación del clima.
Cuando la celda del panal está llena de nubes o "cerrada", es más blanca y brillante, reflejando más luz solar hacia el espacio. Entonces estas nubes ayudan a mantener la Tierra fresca.
Por el contrario, las celdas tipo panal vacías o "abiertas" dejan entrar más luz solar.
Estas complejidades siguen siendo una fuente de error al modelar el clima de la Tierra porque no se incluyen adecuadamente. Es importante lograr el equilibrio correcto entre celdas abiertas y cerradas, o los resultados pueden estar muy equivocados.
El hecho de que las celdas alveolares estén abiertas o cerradas también depende de la cantidad de lluvia que pueden producir.
Más información: T. Alinejadtabrizi et al, Deposición húmeda en convección poco profunda sobre el Océano Austral, npj Climate and Atmospheric Science (2024). DOI:10.1038/s41612-024-00625-1
Información de la revista: npj Ciencia del Clima y la Atmósfera
Proporcionado por The Conversation
Este artículo se vuelve a publicar desde The Conversation bajo una licencia Creative Commons. Lea el artículo original.