En abril, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos falló a favor de un grupo de personas mayores que alegaron que el incumplimiento del gobierno suizo de los objetivos de mitigación del cambio climático está teniendo un impacto adverso en su salud, bienestar y calidad de vida.
Esta decisión histórica del tribunal de derechos humanos más alto de Europa confirma no sólo que el cambio climático está íntimamente vinculado a los derechos humanos, sino que efectivamente responsabiliza a todos los gobiernos europeos de adoptar medidas más rigurosas para combatir el cambio climático.
Está bien documentado que las emisiones descontroladas de dióxido de carbono, la deforestación, el agotamiento de los recursos y la acidificación de los océanos han contribuido al aumento de las olas de calor y las megasequías, a las tormentas más frecuentes y violentas y a las precipitaciones fuera de temporada.
Los patrones climáticos impredecibles y los cambios de temperatura alteran los ecosistemas y la vida silvestre y amenazan la agricultura y la producción de alimentos.
En pocas palabras, el cambio climático plantea claras amenazas a la vida humana al exacerbar "condiciones médicas existentes como enfermedades cardiovasculares, respiratorias y renales o enfermedades mentales y estrés".
La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 1994 es un compromiso global para estabilizar las emisiones de gases de efecto invernadero a fin de detener los peligrosos efectos antropogénicos en el clima mundial.
El Acuerdo de París de 2015 compromete a los gobiernos a limitar el calentamiento global a 2°C por encima de los niveles preindustriales mediante planes de acción climática progresivamente ambiciosos. Sin embargo, para 2030 el mundo podría enfrentarse a un aumento de temperatura cercano a los 3 °C, ya que los países todavía no están haciendo lo suficiente para reducir las emisiones de carbono.
Según el Climate Action Tracker independiente, la gran mayoría de los países no están cumpliendo suficientemente sus compromisos globales.
La inacción global hace que los científicos de todo el mundo se sientan "desesperanzados, destrozados" y "asustados" mientras los gobiernos no actúan a pesar de la clara evidencia científica de que el cambio climático tendrá consecuencias catastróficas.
El Climate Action Tracker ha calificado los esfuerzos de Canadá como "altamente insuficientes" e inconsistentes con los compromisos de París, citando su expansión de oleoductos aprobada por el estado, objetivos climáticos mediocres y políticas y financiamiento climático ineficaces.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha subrayado durante mucho tiempo que el cambio climático amenaza una variedad de derechos humanos, incluido el derecho a la vida, la alimentación, la salud, la vivienda, la cultura y el desarrollo. En particular, las poblaciones marginadas (incluidos niños, niñas y mujeres, migrantes, personas con discapacidad y pueblos indígenas) se ven afectadas de manera desproporcionada por el cambio climático.
Ante la inacción gubernamental sobre el cambio climático, ha habido un aumento en los litigios climáticos.
En el emblemático Urgenda En este caso, el Tribunal Supremo de los Países Bajos afirmó que existe la obligación de tomar medidas más eficaces para prevenir un cambio climático peligroso y proteger la vida y el bienestar de todos los ciudadanos, incluidos los que aún no han nacido.
Los niños de todo el mundo también han emprendido acciones legales contra los gobiernos.
Un caso en Canadá presentado por niños y jóvenes alegó que la inacción climática los expondrá a ellos y a las generaciones futuras a daños físicos y psicológicos, en violación de varias secciones de la Carta Canadiense de Derechos y Libertades. Si bien el caso finalmente fracasó, también sentó un ejemplo importante.
A nivel internacional, Colombia y Chile han solicitado a la Corte Interamericana de Derechos Humanos que aclare las obligaciones en el marco del derecho internacional de los derechos humanos con respecto a la crisis climática. Mientras tanto, varios estados insulares (incluido Vanuatu) han solicitado tanto al Tribunal Internacional del Derecho del Mar como a la Corte Internacional de Justicia que detallan las obligaciones de los Estados para garantizar la protección del sistema climático para las generaciones presentes y futuras. P>
Si bien estas acciones pueden parecer pequeñas frente a la crisis, todas ellas presentan enormes oportunidades para corregir la inacción y sentar un nuevo precedente global.
El cambio climático es uno de los desafíos definitorios de nuestro tiempo.
Si no se aborda, el cambio climático causará desastres ecológicos y sufrimiento humano indecibles, e incluso amenazará la paz y la seguridad internacionales. Las consecuencias del calentamiento de los océanos y las emisiones gaseosas descontroladas trascienden las fronteras, las etnias y las divisiones políticas para afectar a todos.
La reciente decisión europea es uno de varios casos de cambio climático que están actualmente en curso. Aunque los litigios climáticos pueden ser costosos y llevar mucho tiempo, estos casos subrayan el poderoso papel que las personas, tanto jóvenes como mayores, pueden desempeñar para exigir responsabilidades a los tomadores de decisiones e impulsar mayores acciones sobre el cambio climático.
Se debe recordar a los gobiernos que asumen la doble responsabilidad de cumplir los compromisos ambientales y proteger la salud y los derechos humanos. A la luz de la apremiante crisis climática y la cuenta regresiva hasta 2030, las acciones concretas y el cambio no pueden llegar lo suficientemente pronto.
Proporcionado por The Conversation
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