Los satélites gemelos de la NASA están listos para ayudar a medir el equilibrio energético de la Tierra
Las regiones polares de la Tierra irradian hacia el espacio gran parte del calor inicialmente absorbido en los trópicos, principalmente en forma de radiación infrarroja lejana. Las nubes en el Ártico (como las que se ven sobre un glaciar de Groenlandia) y en la Antártida pueden atrapar radiación infrarroja lejana en la Tierra, aumentando las temperaturas globales. Crédito:NASA/GSFC/Michael Studinger
Un par de nuevos satélites de la NASA del tamaño de una caja de zapatos ayudarán a desentrañar un misterio atmosférico que ha atormentado a los científicos durante años:cómo el comportamiento de las nubes y el vapor de agua en las regiones polares de la Tierra afecta el clima de nuestro planeta.
El primer CubeSat de la misión Polar Radiant Energy in the Far-InfraRed Experiment (PREFIRE) de la NASA se lanzó desde Nueva Zelanda el sábado 25 de mayo. El segundo PREFIRE CubeSat despegará el sábado 1 de junio, con una ventana de lanzamiento que se abre a las 3 pm. NZST (11 p. m. EDT, viernes 31 de mayo).
La misión medirá la cantidad de calor que la Tierra emite al espacio desde las dos regiones más frías y remotas del planeta. Los datos de PREFIRE mejorarán los modelos informáticos que los investigadores utilizan para predecir cómo cambiarán el hielo, los mares y el clima de la Tierra en un mundo que se calienta.
La Tierra absorbe gran parte de la energía del sol en los trópicos, y el clima y las corrientes oceánicas transportan ese calor hacia los polos (que reciben mucha menos luz solar). El hielo, la nieve y las nubes, entre otras partes del entorno polar, emiten parte de ese calor al espacio, gran parte en forma de radiación infrarroja lejana. La diferencia entre la cantidad de calor que la Tierra absorbe en los trópicos y la que irradia el Ártico y la Antártida es una influencia clave en la temperatura del planeta, ayudando a impulsar sistemas dinámicos de clima y tiempo.
Pero las emisiones de infrarrojo lejano en los polos nunca se han medido sistemáticamente. Aquí es donde entra en juego PREFIRE. La misión ayudará a los investigadores a obtener una comprensión más clara de cuándo y dónde las regiones polares de la Tierra emiten radiación infrarroja lejana al espacio, así como también cómo el vapor de agua atmosférico y las nubes influyen en la cantidad que escapa.
Las nubes y el vapor de agua pueden atrapar la radiación infrarroja lejana en la Tierra, aumentando así las temperaturas globales, parte del efecto invernadero.
"Es fundamental que obtengamos los efectos de las nubes correctamente si queremos modelar con precisión el clima de la Tierra", afirmó Tristan L'Ecuyer, profesor de la Universidad de Wisconsin-Madison e investigador principal de PREFIRE.