Sphagnum flexuosum. Crédito de la imagen:Wikipedia.
Aunque las turberas representan solo el 3 por ciento de la superficie de la Tierra, almacenan un tercio del carbono del suelo atrapado en los suelos a nivel mundial. Por lo tanto, preservar las turberas es de suma importancia para mitigar el cambio climático, siempre que estos entornos vulnerables no se vean amenazados por el calentamiento global.
Para determinar mejor este riesgo, dos científicos franceses, incluido Vincent Jassey, investigador del CNRS en el Laboratoire Ecologie Fontionnelle et Environnement (CNRS / Université Toulouse III — Paul Sabatier / INP Toulouse), estudiaron la absorción de carbono por las dos principales especies de musgo que componen la turbera de Le Forbonnet en Frasne (Jura). Descubrieron que cuando las temperaturas eran altas y también durante las sequías, las dos especies de Sphagnum se comportaron de manera opuesta: Medio Sphagnum resiste la sequía, mientras que la fotosíntesis de Sphagnum fallax se ve afectado negativamente; en cambio, en clima muy caluroso pero húmedo, fotosíntesis, y por tanto la absorción de carbono, en Sphagnum fallax aumenta, mientras que hay un efecto insignificante sobre la fotosíntesis en Medio Sphagnum . En ambos casos, luego, la turbera sobrevive.
Estos resultados muestran que las turberas pueden resistir el cambio climático futuro, siempre que no se les moleste. Por lo tanto, hacer de la conservación de las turberas una prioridad ayudaría a limitar los impactos del cambio climático en el futuro. El estudio fue publicado el 9 de septiembre de 2019 en Biología del cambio global .