* gelisols: Estos son el tipo de suelo más extendido en el Ártico. Se caracterizan por permafrost, que está permanentemente congelado. Este permafrost se puede encontrar a varias profundidades, y afecta significativamente las propiedades del suelo y el ecosistema.
* Histosoles: Estos suelos también se llaman "turberas" o "pantanos". Se encuentran en áreas con alta humedad y bajas tasas de descomposición, a menudo debido al permafrost. Los histosoles suelen ser ricos en materia orgánica y pueden almacenar grandes cantidades de carbono.
* Inceptisols: Estos suelos son relativamente jóvenes y no han sufrido una intensidad extensa. A menudo se encuentran en áreas con menos permafrost y mayor humedad.
* spodosols: Estos son suelos ácidos con una capa distinta de acumulación de materia orgánica. Típicamente se encuentran en áreas con bosques de coníferas y bajas temperaturas.
El tipo específico de suelo que se encuentra en el Ártico depende de varios factores, incluidos:
* Latitud: Los suelos en el Ártico alto tienen más probabilidades de ser gelisoles, mientras que los del Ártico bajo son más diversos.
* altitud: Las elevaciones más altas tienden a tener temperaturas más frías y más permafrost, lo que resulta en más gelisoles.
* drenaje: Las áreas con buen drenaje tienden a tener menos permafrost y tipos de suelo más diversos.
* Vegetación: El tipo de vegetación presente puede influir en las propiedades del suelo, particularmente el contenido de materia orgánica.
Entonces, si bien no hay un solo nombre para el suelo ártico, los diferentes tipos se adaptan de manera única a las duras condiciones del entorno ártico.