1. Calentar desde el núcleo de la Tierra: El núcleo de la Tierra es increíblemente caliente, y este calor irradia hacia afuera hacia el manto.
2. Convección del manto: El calor del núcleo hace que el manto, una capa de roca semisólida, se caliente y se vuelva menos densa. Este material menos denso se eleva hacia la superficie de la tierra. A medida que se eleva, se enfría y se vuelve más denso, hundiéndose hacia el núcleo. Esto crea un ciclo continuo de material ascendente y hundido llamado corrientes de convección.
3. Movimiento de la placa: Estas corrientes de convección dentro del manto arrastran las placas tectónicas junto con ellas. Las placas se mueven lentamente, solo unos pocos centímetros por año, pero durante millones de años, estos movimientos pueden hacer que los continentes se separen, las montañas se levanten y ocurran terremotos.
4. Límites de placa: La interacción de estas placas móviles en sus límites es responsable de muchos fenómenos geológicos:
* límites divergentes: Las placas se separan, permitiendo que el magma se levante del manto y cree una nueva corteza (por ejemplo, crestas del océano medio).
* Límites convergentes: Las placas chocan, lo que resulta en una placa que subduce debajo de la otra, creando arcos volcánicos, cadenas montañosas y terremotos (por ejemplo, las montañas de los Andes, el Himalaya).
* Transformar límites: Las placas se deslizan entre sí horizontalmente, causando terremotos (por ejemplo, la falla de San Andreas).
En resumen, el calor interno de la Tierra impulsa las corrientes de convección en el manto, lo que a su vez hace que las placas tectónicas se muevan, dando forma a la superficie de la Tierra y impulsando los procesos geológicos.