La textura más común del fósforo es la textura nodular . En esta textura, los minerales de fósforo forman nódulos o concreciones discretas dentro de la roca. Estos nódulos pueden variar en tamaño desde microscópicos hasta varios centímetros de ancho y, a menudo, están compuestos de minerales como apatita, vivianita o francolita. La textura nodular se observa comúnmente en rocas sedimentarias, particularmente en calizas, fosforitas y algunas lutitas.
Otra textura importante del fósforo es la textura oolítica. . Esta textura se caracteriza por la presencia de pequeños granos esféricos o subesféricos llamados ooides. Los ooides normalmente se forman por la precipitación de minerales de fósforo alrededor de un núcleo, como un grano de cuarzo o un fragmento de material orgánico. La textura oolítica se encuentra comúnmente en rocas carbonatadas, como calizas y dolomías.
Textura granulada Es otro tipo de textura de fósforo. Es de textura similar a la oolítica, pero los granos son más grandes y de forma más irregular, asemejándose a los pellets. La textura granulada se observa comúnmente en ciertas rocas sedimentarias, como calizas peloidales, fosforitas y algunas areniscas.
Textura diseminada se refiere a la distribución uniforme de minerales de fósforo a lo largo de una roca sin formar nódulos, ooides o gránulos distintos. Esta textura se observa a menudo en rocas ígneas y algunas rocas sedimentarias.
El análisis de la textura del fósforo es un aspecto importante de la petrografía y ayuda a comprender el origen, el entorno de depósito y la historia diagenética de las rocas. También puede proporcionar información sobre la formación de depósitos de fosfato económicos.