La erosión eólica ocurre cuando los vientos fuertes levantan y arrastran partículas de tierra y rocas. Esto puede suceder en áreas secas, donde hay poca vegetación para mantener el suelo en su lugar, y en áreas ventosas, como las regiones costeras.
La erosión hídrica se produce cuando el agua que fluye arrastra partículas de tierra y rocas. Esto puede suceder durante lluvias intensas, cuando ríos y arroyos se desbordan e inundan, y cuando el agua fluye cuesta abajo.
La erosión del hielo ocurre cuando los glaciares y las capas de hielo se mueven a través de la tierra, raspando el suelo y las partículas de roca. Esto puede ocurrir en regiones polares y en zonas montañosas.
La erosión por gravedad ocurre cuando las partículas de suelo y roca caen cuesta abajo debido a la gravedad. Esto puede ocurrir en pendientes pronunciadas, como acantilados y montañas.
La erosión puede crear una variedad de formas y estructuras inusuales. Por ejemplo, la erosión eólica puede crear dunas de arena y Hoodoos (pilares de roca altos y delgados). La erosión hídrica puede crear cañones, barrancos y cascadas. La erosión del hielo puede crear circos (depresiones en forma de cuenco), arêtes (crestas afiladas de roca) y cuernos (picos afilados). La erosión por gravedad puede provocar deslizamientos de tierra, flujos de escombros y avalanchas de rocas.
La erosión es un proceso natural, pero también puede ser perjudicial para las actividades humanas. Por ejemplo, la erosión puede dañar edificios, carreteras y puentes, y también puede provocar la pérdida de fertilidad del suelo.