Un equipo de investigadores de la Universidad de Alaska Fairbanks ha descubierto que la Cuenca de Canadá, una región del Océano Ártico al norte de Alaska y Canadá, tiene una capacidad disminuida para absorber dióxido de carbono de la atmósfera. El estudio, publicado en la revista Nature Climate Change, es el primero en examinar la capacidad de sumidero de carbono del océano durante un período de 16 años.
Los investigadores descubrieron que la cuenca de Canadá absorbió un promedio de 23 millones de toneladas de dióxido de carbono por año entre 2003 y 2018. Sin embargo, la tasa de absorción disminuyó un 25% durante ese período. La disminución se debió principalmente a una disminución de la cantidad de hielo marino en la cuenca del Canadá.
El hielo marino es importante para la absorción de carbono porque ayuda a crear una columna de agua fría y estable que permite que el dióxido de carbono se disuelva. A medida que el hielo marino se derrite, la columna de agua se vuelve más cálida y menos estable, lo que reduce su capacidad para absorber dióxido de carbono.
Los hallazgos del estudio son preocupantes porque el Océano Ártico es un importante sumidero de carbono. El Océano Ártico absorbe aproximadamente el 10% del dióxido de carbono que se libera a la atmósfera por las actividades humanas. Si la capacidad de la cuenca de Canadá para absorber dióxido de carbono continúa disminuyendo, contribuirá al aumento de los niveles de dióxido de carbono atmosférico y al efecto invernadero.
Los investigadores dicen que sus hallazgos resaltan la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y proteger el hielo marino del Ártico.
"Nuestro estudio muestra que el Océano Ártico está cambiando rápidamente y que su capacidad para absorber dióxido de carbono está disminuyendo", dijo la autora principal, la Dra. Marika Holland. "Esta es una preocupación grave porque el Océano Ártico es un importante sumidero de carbono. Si no tomamos medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, el Océano Ártico se convertirá en una fuente de dióxido de carbono para la atmósfera, lo que contribuirá aún más al cambio climático. ".
El estudio fue financiado por la Fundación Nacional de Ciencias y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica.