En 2019, Maldivas se convirtió en el primer país en declarar una prohibición a nivel nacional de la pesca de mantarrayas y tiburones ballena. Esta audaz medida demostró un fuerte compromiso con la conservación marina y reconoció la importancia ecológica de estas especies vulnerables. La prohibición cubre todas las especies de mantarrayas, incluida la mantarraya de arrecife (Mobula alfredi), la mantarraya oceánica (Mobula birostris) y la mantarraya gigante (Manta birostris).
Maldivas también ha establecido varias áreas marinas protegidas (AMP) y zonas de conservación, proporcionando refugios seguros para las mantarrayas y otras especies marinas. Un ejemplo notable es la Reserva de la Biosfera del Atolón Baa, una Reserva Mundial de la Biosfera de la UNESCO que abarca más de 100 islas y cuenta con ricos arrecifes de coral y diversos ecosistemas marinos. Las mantarrayas se ven con frecuencia dentro de las aguas protegidas de la reserva.
Además, Maldivas ha implementado prácticas de turismo sostenible para garantizar que las interacciones con las mantarrayas se realicen de manera responsable. Las excursiones de snorkel y buceo con mantarrayas están estrictamente reguladas, con lineamientos que priorizan el bienestar de las rayas y su hábitat. Estas normas incluyen mantener una distancia de seguridad, evitar movimientos bruscos y abstenerse de tocar o acosar a las rayas.
Como resultado de estos esfuerzos de conservación, la población de mantarrayas en las Maldivas ha mostrado signos de recuperación. Los avistamientos de mantarrayas han aumentado en los últimos años y la especie parece estar prosperando en las áreas protegidas. Al servir como santuario e implementar prácticas sostenibles, Maldivas está contribuyendo significativamente a la supervivencia a largo plazo de las mantarrayas de arrecife y otras especies marinas.