1. Propiedades de coligeración: Estas son propiedades de una solución que dependen únicamente de la concentración de partículas de soluto, no de su identidad. Aquí hay algunos ejemplos:
* bajando la presión de vapor: La presencia de un soluto reduce la presión de vapor del solvente. Esto se debe a que las moléculas de soluto ocupan parte de la superficie del líquido, lo que dificulta que las moléculas de solventes escapen a la fase gaseosa.
* Elevación del punto de ebullición: Agregar un soluto eleva el punto de ebullición del solvente. Esto se debe a que las partículas de soluto interfieren con la capacidad de las moléculas de solvente para escapar a la fase gaseosa, lo que significa que el líquido necesita alcanzar una temperatura más alta para hervir.
* Depresión del punto de congelación: Agregar un soluto reduce el punto de congelación del solvente. Esto se debe a que las partículas de soluto interrumpen la disposición regular de las moléculas solventes necesarias para formar un sólido.
* Presión osmótica: La ósmosis es el movimiento de las moléculas de solvente a través de una membrana semipermeable desde una región de concentración de soluto más baja a una región de mayor concentración de soluto. La presión osmótica es la presión que debe aplicarse a la solución con mayor concentración de soluto para prevenir la ósmosis.
2. Interacciones químicas: Los solutos pueden interactuar con moléculas solventes a través de diversas fuerzas, alterando las propiedades del solvente:
* enlace de hidrógeno: Los solutos que pueden formar enlaces de hidrógeno con el solvente (como el agua) pueden interrumpir la red de enlaces de hidrógeno existente del solvente, cambiando sus propiedades como la viscosidad y la tensión superficial.
* interacciones dipolo-dipolo: Los solutos con moléculas polares pueden interactuar con solventes polares, cambiando su constante dieléctrica e influyendo en su capacidad para disolver otros solutos.
* Interacciones iónicas: Los solutos con compuestos iónicos pueden interactuar con solventes polares, cambiando su conductividad y afectando su capacidad para disolver otros compuestos iónicos.
Estos son solo algunos ejemplos de cómo los solutos afectan las propiedades del solvente. El efecto específico dependerá de la naturaleza del soluto y el solvente, así como de la concentración del soluto.