Aquí está por qué:
* Los genes proporcionan un plan, no un script: Los genes influyen en nuestras predisposiciones y tendencias, pero no dictan nuestro comportamiento. Piénselo así:los genes proporcionan los ingredientes para un pastel, pero la receta y la forma en que lo horneamos (nuestro entorno y experiencias) determinan el producto final.
* El entorno juega un papel muy importante: Nuestras experiencias, educación, cultura e incluso nuestras interacciones diarias dan forma a nuestro comportamiento. Incluso los comportamientos que tienen un componente genético fuerte pueden verse influenciados por factores ambientales.
* Neuroplasticidad: Nuestros cerebros cambian constantemente y se adaptan según nuestras experiencias. Esto significa que incluso los comportamientos que inicialmente están impulsados por factores genéticos pueden modificarse a través del aprendizaje, la práctica y la terapia.
Ejemplos:
* Inteligencia: Si bien la genética juega un papel en nuestras habilidades cognitivas, nuestro medio ambiente y la educación influyen en gran medida en nuestra inteligencia.
* Agresión: Si bien algunas personas pueden estar genéticamente predispuestas a la agresión, su educación, entorno social y respuestas aprendidas influyen en cómo expresan agresión.
* adicción: Los genes pueden aumentar la susceptibilidad a la adicción, pero los factores ambientales como la exposición a las drogas, la presión social y el estrés juegan roles cruciales en el desarrollo de la adicción.
En conclusión: Si bien los genes influyen en nuestro comportamiento, no lo determinan. Nuestro entorno y experiencias juegan un papel crucial en la configuración de quiénes somos y cómo nos comportamos. Siempre hay espacio para el cambio y el crecimiento, incluso para los comportamientos influenciados por nuestra genética.