* Tecnología limitada: Los primeros científicos carecían de las sofisticadas herramientas y técnicas que tenemos hoy para estudiar estructuras internas, genética o biología molecular. Confiaron en lo que podían ver a simple vista o con lupas simples.
* practicidad: Los sistemas de clasificación debían ser prácticos para el uso diario. Los agricultores, jardineros y herbolarios necesitaban una forma de identificar rápidamente las plantas para fines medicinales, culinarios o agrícolas. Las características fácilmente reconocibles como la forma de la flor, la disposición de la hoja o el tipo de fruta fueron fácilmente útiles.
* Enfoque en la morfología: La atención se centró en la morfología externa (el estudio de la forma y la estructura) como un medio principal para distinguir las plantas. Esto condujo a sistemas basados en características fácilmente aparentes como color, tamaño y forma.
Ejemplos:
* Theophrastus (371-287 a. C.): Uno de los primeros botánicos, clasificó plantas basadas en sus ciclos de vida (anual, bienal, perenne), hábito (árbol, arbusto, hierba) y propiedades medicinales.
* Linnaeus (1707-1778): Desarrolló el sistema de nomenclatura binomial, utilizando nombres de género y especies basados en características fácilmente observables. Su sistema, aunque no era perfecto, fue un gran paso adelante y sentó las bases para la taxonomía moderna.
Es importante tener en cuenta que estos primeros sistemas no estaban exentos de defectos. A menudo agrupaban plantas juntas que no estaban estrechamente relacionadas y perdieron variaciones sutiles. Los sistemas de clasificación modernos, con avances en tecnología y comprensión de la genética y la evolución, son mucho más precisos y refinados.