El tamaño y la estructura de los huesos humanos están determinados por una combinación de factores genéticos y ambientales. Los genes proporcionan el modelo básico para el crecimiento y desarrollo de los huesos, pero los factores ambientales como la nutrición, el ejercicio y la exposición a toxinas también pueden influir en el tamaño y la estructura de los huesos. Por ejemplo, una dieta rica en calcio y vitamina D es esencial para el crecimiento óseo, mientras que fumar y el consumo excesivo de alcohol pueden provocar pérdida ósea. El ejercicio también puede ayudar a fortalecer los huesos al aumentar la densidad ósea.