El estudio se centró en un pez llamado Gogonasus andrewsae, que vivió durante el período Devónico. El fósil de este pez fue encontrado en Australia y es uno de los ejemplos más completos de pez de esta época.
Los investigadores utilizaron imágenes de rayos X de alta resolución para examinar el fósil en detalle. Esto les permitió identificar la presencia de un pequeño hueso en la articulación del hombro del Gogonasus. Este hueso es homólogo a la clavícula humana, que es el hueso que conecta el omóplato con el esternón.
La presencia de este hueso en el Gogonasus sugiere que la articulación del hombro evolucionó mucho antes de lo que se pensaba. Esto desafía la visión tradicional de que el hombro humano evolucionó como resultado de la evolución de la locomoción terrestre.
En cambio, los investigadores sugieren que la articulación del hombro puede haber evolucionado como una forma de proporcionar estabilidad a las aletas pectorales del Gogonasus mientras nadaba. Esta estabilidad habría permitido a los peces maniobrar mejor en el agua y alimentarse de forma más eficaz.
El estudio es importante porque proporciona nuevos conocimientos sobre la evolución del hombro humano. También destaca la importancia del estudio de los fósiles para comprender la historia evolutiva de los animales.