La investigación, publicada en la revista "Current Biology", destaca cómo las aves antiguas sufrieron una muda más extensa que sus homólogas modernas. Esta muda supuso la pérdida total de las plumas de vuelo, dejando al ave temporalmente sin vuelo. Si bien esto podría parecer una desventaja, los investigadores sugieren que esta estrategia de muda especializada puede haber jugado un papel crucial en la supervivencia de las aves modernas.
Las aves antiguas vivían en ecosistemas diversos y altamente competitivos junto con varios dinosaurios, incluidos carnívoros gigantes como el Tyrannosaurus rex y otros depredadores formidables. El proceso de muda puede haber sido fundamental para ayudar a las aves antiguas a afrontar los cambios de estación y las tensiones ambientales, como la escasez de alimentos o las fluctuaciones climáticas. Al perder todas sus plumas de vuelo simultáneamente, estas antiguas aves podrían haber entrado en un período de rápido crecimiento de las plumas, permitiéndoles recuperar sus capacidades de vuelo de manera más eficiente.
En comparación, los dinosaurios no aviares conservaron un patrón de muda más gradual similar al de los reptiles modernos, donde sólo se reemplazaban ciertas plumas en un momento dado. Este método puede haber sido menos eficiente para deshacerse de las plumas dañadas y adaptarse a las condiciones ambientales cambiantes, lo que podría haber contribuido a la vulnerabilidad y eventual desaparición de estos dinosaurios no aviares durante eventos de extinción masiva.
Los investigadores proponen que la estrategia de muda especializada exhibida por aves antiguas proporcionó una ventaja selectiva durante el período de transición crítico que condujo a la extinción de otros dinosaurios al final del período Cretácico.
Al comprender la adaptación de las aves antiguas, los hallazgos mejoran nuestro conocimiento de los procesos evolutivos que dieron forma a la supervivencia y diversificación de las especies de aves modernas actuales.