- Los insectos tienen un sistema circulatorio abierto, lo que significa que su sangre fluye libremente a través de su cuerpo en lugar de estar contenida en vasos.
- Esto permite que los nutrientes lleguen directamente a las células sin tener que atravesar múltiples capas de tejido, lo que reduce el gasto energético.
Bajos requisitos energéticos
- Los insectos son ectotérmicos, lo que significa que dependen de fuentes externas de calor para regular su temperatura corporal. Esto significa que no necesitan gastar energía para generar calor corporal, a diferencia de los animales de sangre caliente.
Alta relación superficie-volumen
- Los insectos tienen una superficie elevada en relación con su volumen, lo que significa que pueden liberar calor de forma más eficiente. Esto les ayuda a mantener una temperatura corporal más baja, reduciendo la necesidad de energía para enfriarse.
Almacenamiento limitado de nutrientes
- Los insectos tienen una capacidad limitada para almacenar nutrientes, por lo que deben consumir alimentos con frecuencia.
- Esto evita que coman en exceso y acumulen exceso de grasa.
Reproducción rápida
- Los insectos tienen una tasa de reproducción rápida, lo que significa que pueden reemplazar rápidamente a los individuos que mueren o se pierden. Esto reduce la necesidad de almacenar grandes cantidades de energía para la reproducción.
- En general, la combinación de estos factores ayuda a los insectos a mantener una composición corporal magra a pesar de consumir una dieta relativamente alta en energía.