Nubes interestelares :Las nubes interestelares, vastas regiones de gas y polvo dentro de las galaxias, contienen moléculas orgánicas complejas como los aminoácidos, que son los componentes básicos de las proteínas. Estas moléculas pueden formarse mediante reacciones químicas en el ambiente frío y denso de las nubes moleculares.
Cometas :Los cometas son considerados "bolas de nieve sucias" compuestas por una mezcla de hielo y diversos compuestos orgánicos. Cuando los cometas se acercan al Sol, el calor hace que el hielo se sublime, liberando gases y polvo, incluidas moléculas orgánicas complejas, al espacio. Estas moléculas pueden contribuir al inventario prebiótico del sistema solar.
Asteroides :Se ha descubierto que algunos asteroides, particularmente los carbonosos, contienen moléculas orgánicas y minerales que podrían haber desempeñado un papel en la química prebiótica. Los meteoritos de condritas carbonosas, que son fragmentos de asteroides, han mostrado la presencia de aminoácidos, hidrocarburos y otros compuestos orgánicos.
Planetas :También se han encontrado evidencias de material prebiótico en Marte. El rover Curiosity del planeta detectó moléculas orgánicas en rocas marcianas, lo que sugiere el potencial de una antigua química prebiótica o los componentes básicos de la vida. Además, la detección de metano en la atmósfera marciana, aunque aún está en estudio, podría ser un signo de actividad biológica subyacente o de procesos geológicos que liberan metano.
La existencia de moléculas prebióticas en el espacio respalda la idea de que la vida podría haberse originado a partir de fuentes interestelares y extraterrestres, y que diversos entornos contribuyeron a la complejidad química necesaria para el surgimiento de sistemas biológicos.