La investigación, publicada en la revista Nature Chemistry, podría tener implicaciones para nuestra comprensión de los orígenes de la vida y el desarrollo de nuevas terapias para enfermedades como el cáncer.
El equipo, dirigido por el profesor Jeremy Sanders, descubrió que ciertos tipos de moléculas llamadas moléculas orgánicas pueden autoensamblarse en estructuras que se asemejan a las células. Estas estructuras, que los investigadores denominan "células sintéticas", son capaces de absorber nutrientes, crecer y reproducirse.
Las células sintéticas están formadas por una variedad de moléculas orgánicas, incluidos lípidos, proteínas y ácidos nucleicos. Los lípidos son moléculas grasas que forman la membrana celular, las proteínas son esenciales para el funcionamiento celular y los ácidos nucleicos transportan información genética.
Los investigadores descubrieron que las células sintéticas podían absorber nutrientes de su entorno y utilizarlos para crecer y reproducirse. También pudieron responder a cambios en su entorno, como cambios de temperatura o pH.
El equipo cree que las células sintéticas podrían utilizarse para estudiar los orígenes de la vida y el desarrollo de nuevas terapias para enfermedades como el cáncer. Las células sintéticas también podrían usarse para crear nuevos materiales y dispositivos.
"Estamos muy entusiasmados con estos resultados", dijo el profesor Sanders. "Creemos que podrían tener un impacto significativo en nuestra comprensión de los orígenes de la vida y el desarrollo de nuevas terapias para enfermedades como el cáncer".
La investigación fue financiada por el Consejo Europeo de Investigación y la Royal Society.