1. Reducir los niveles de colesterol: Se ha descubierto que ciertos probióticos, como las cepas de Lactobacillus y Bifidobacterium, reducen los niveles de colesterol total y de colesterol LDL ("malo"). Lo hacen uniéndose al colesterol en el intestino e impidiendo su absorción en el torrente sanguíneo.
2. Reducir la inflamación: La inflamación crónica es un factor de riesgo importante para la enfermedad cardíaca. Algunos probióticos pueden producir ácidos grasos de cadena corta (AGCC) como el butirato, que tienen efectos antiinflamatorios. Los AGCC ayudan a mantener la integridad del revestimiento intestinal y reducen la producción de citoquinas inflamatorias.
3. Mejorar la presión arterial: Los probióticos pueden ayudar a reducir la presión arterial, otro factor de riesgo crítico de enfermedad cardíaca. Se ha demostrado que algunas cepas, como las cepas de Lactobacillus, reducen los niveles de presión arterial en personas con presión arterial alta.
4. Regular el azúcar en sangre: Los probióticos pueden ayudar a mantener niveles estables de azúcar en sangre, reduciendo el riesgo de resistencia a la insulina y diabetes tipo 2. Las bacterias intestinales buenas mejoran el metabolismo de la glucosa y la sensibilidad a la insulina, ambos factores cruciales para prevenir enfermedades cardíacas.
5. Reducir la obesidad: La obesidad es un factor de riesgo bien conocido de enfermedad cardíaca. Algunos probióticos se han relacionado con el control del peso y la reducción de la grasa corporal. Pueden influir en la regulación del apetito y el metabolismo energético.
6. Mejora de la función inmune: Un microbioma intestinal sano respalda un sistema inmunológico robusto. Los probióticos pueden fortalecer la barrera intestinal y mejorar la capacidad del cuerpo para combatir infecciones y reducir el riesgo de enfermedades crónicas, incluidas las cardíacas.
7. Modulación del metabolismo de los ácidos biliares: Los probióticos pueden alterar el metabolismo de los ácidos biliares en el intestino. Algunos ácidos biliares pueden aumentar la absorción de colesterol y promover la formación de placa en las arterias. Los probióticos pueden convertir estos ácidos biliares en formas menos dañinas, reduciendo el riesgo de enfermedades cardíacas.
Es importante señalar que, si bien cepas específicas de probióticos han mostrado efectos prometedores sobre la salud del corazón, las respuestas individuales pueden variar. No todos los probióticos tienen los mismos beneficios y algunos pueden interactuar con medicamentos o condiciones de salud subyacentes. Por lo tanto, es fundamental consultar con un profesional de la salud antes de tomar suplementos probióticos para garantizar su seguridad y eficacia para sus necesidades de salud específicas.