1. Barreras físicas :
- Tricomas :Algunas plantas tienen estructuras especializadas llamadas tricomas, que son proyecciones parecidas a pelos en sus hojas y tallos. Estos tricomas pueden atrapar físicamente patógenos, como hongos o insectos, evitando una mayor propagación de la infección.
2. Fortificación de la pared celular :
- Engrosamiento de la pared celular :Las plantas pueden depositar rápidamente capas adicionales de materiales, como lignina o celulosa, en sus paredes celulares al reconocer patógenos. Este engrosamiento fortalece la barrera de la pared celular y la hace más resistente a la penetración de patógenos.
- Formación de papilas :Las papilas son pequeñas protuberancias que se pueden formar en la pared celular de la planta en respuesta a una infección. Ayudan a fortalecer la pared celular y bloquear la entrada de patógenos.
3. Respuesta hipersensible :
- Muerte celular rápida :En respuesta al ataque de patógenos, las plantas pueden sufrir una muerte celular programada localizada llamada respuesta de hipersensibilidad (HR). La HR implica la muerte rápida de las células vegetales infectadas y las células sanas circundantes para prevenir la propagación de la infección.
4. Compuestos antimicrobianos :
- Fitoalexinas :Las plantas pueden sintetizar rápidamente compuestos antimicrobianos llamados fitoalexinas tras una infección. Estos compuestos pueden matar o inhibir directamente el crecimiento de patógenos.
- Enzimas :Las plantas producen varias enzimas que pueden degradar directamente los componentes de la pared celular de los patógenos o descomponer las toxinas producidas por los patógenos.
5. Transducción de señales :
- Resistencia sistémica adquirida (SAR) :Cuando las plantas experimentan una infección localizada, pueden desencadenar SAR, que es un estado de preparación defensiva mejorada en toda la planta. Esto permite una respuesta más rápida y eficiente a infecciones posteriores.
Es importante señalar que, si bien estos mecanismos de defensa pueden actuar con relativa rapidez, su eficacia depende del tipo de patógeno y de las respuestas inmunitarias específicas de la planta. Las plantas no tienen el mismo sistema inmunológico adaptativo que los animales y dependen de una combinación de defensas preexistentes y respuestas inducibles para controlar las infecciones.