Según los datos más recientes de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el mundo consumió una media de 20,5 kilogramos (45,2 libras) de pescado y marisco por persona en 2018. Esto supone un aumento de 18,3 kilogramos (40,3 libras) ) por persona en 2010.
Los 10 principales países consumidores de pescado en 2018 fueron:
1. Islandia (90,0 kg por persona)
2. Maldivas (85,8 kg por persona)
3. Islas Feroe (84,9 kg por persona)
4. Kiribati (83,8 kg por persona)
5. Japón (76,9 kg por persona)
6. Portugal (76,7 kg por persona)
7. España (74,6 kg por persona)
8. Noruega (74,2 kg por persona)
9. Francia (73,8 kg por persona)
10. Dinamarca (73,6 kg por persona)
Todos estos países están ubicados en regiones costeras y tienen una fuerte tradición pesquera.
Por el contrario, los 10 últimos países consumidores de pescado en 2018 fueron:
1. Etiopía (0,5 kg por persona)
2. Ruanda (0,6 kg por persona)
3. Burundi (0,7 kg por persona)
4. Madagascar (0,8 kg por persona)
5. Uganda (0,9 kg por persona)
6. República Centroafricana (1,0 kg por persona)
7. Chad (1,1 kg por persona)
8. Níger (1,1 kg por persona)
9. Malí (1,2 kg por persona)
10. Burkina Faso (1,2 kg por persona)
Todos estos países están ubicados en regiones sin salida al mar y tienen acceso limitado al pescado.
La huella del consumo mundial de productos del mar es una medida de la cantidad de productos del mar que consumen las personas en todo el mundo. Tiene en cuenta la cantidad de pescado que se captura, así como la cantidad que se importa y exporta. La huella del consumo mundial de productos del mar ha aumentado de manera constante en los últimos años y se espera que siga creciendo en el futuro.
Este crecimiento está siendo impulsado por una serie de factores, incluido el crecimiento demográfico, el aumento de los ingresos y la creciente urbanización. A medida que la población mundial siga creciendo, también lo hará la demanda de pescado y marisco. Además, a medida que las personas se trasladan a zonas urbanas, es más probable que tengan acceso a pescado y marisco, que suele estar más disponible en las ciudades que en las zonas rurales.
La creciente demanda de pescado y marisco está ejerciendo presión sobre las pesquerías del mundo. Muchas poblaciones de peces están ahora sobreexplotadas, lo que está provocando una disminución de las poblaciones de peces. Para garantizar que tengamos suficiente pescado para las generaciones futuras, es importante reducir nuestro consumo de pescado y encontrar formas sostenibles de pescar.