1. Producción de señal: Las bacterias Streptomyces producen varias moléculas de señalización, incluidas pequeñas moléculas llamadas autoinductores. Cada especie de Streptomyces produce autoinductores específicos. Estos autoinductores pueden ser sintetizados por diferentes cepas o especies de Streptomyces.
2. Percepción de señales: Las bacterias Streptomyces tienen receptores que pueden detectar y unirse a las moléculas de señalización. Cuando la concentración de la molécula de señalización alcanza un cierto umbral (quórum), desencadena un cambio en la expresión y el comportamiento de los genes.
3. Regulación genética: La unión de moléculas de señalización a receptores conduce a la activación o represión de genes específicos. Esto da como resultado cambios en la producción de varios metabolitos secundarios, enzimas y proteínas, según la especie de Streptomyces.
4. Respuesta celular: La producción de compuestos específicos en respuesta a moléculas de señalización permite a las bacterias Streptomyces coordinar su comportamiento y responder colectivamente. Esto podría incluir procesos como la producción de antibióticos, la formación de biopelículas, la esporulación y la formación de cuerpos fructíferos.
5. Comunicación entre especies: Las bacterias Streptomyces también pueden producir moléculas de señalización que son reconocidas por otras especies bacterianas en el ambiente del suelo. Esto permite la comunicación entre especies y la coordinación de comportamientos entre diferentes poblaciones microbianas.
6. Impacto ecológico: Las moléculas de señalización producidas por las bacterias Streptomyces desempeñan un papel crucial en la configuración de las comunidades microbianas y las interacciones en el suelo. Pueden influir en la distribución de recursos, la competencia y la especialización de nichos entre diversos microorganismos y, en última instancia, impactar la dinámica general del ecosistema.
En general, la producción de moléculas de señalización por parte de la bacteria Streptomyces es una forma sofisticada de comunicación microbiana que coordina comportamientos grupales, regula la expresión genética e influye en las interacciones y dinámicas microbianas dentro de los ecosistemas del suelo.