1. Absorción de luz:Las bacterias contienen proteínas fotorreceptoras específicas que absorben la energía luminosa. Estas proteínas suelen estar ubicadas en la membrana celular o en el citoplasma. Los fotorreceptores se pueden clasificar en diferentes tipos según su cromóforo, el pigmento que absorbe la luz. Los cromóforos comunes en los fotorreceptores bacterianos incluyen flavinas, retina y bacterioclorofila.
2. Isomerización del cromóforo:al absorber un fotón de luz, el cromóforo sufre un cambio conformacional o isomerización. Esta isomerización desencadena una serie de eventos dentro de la proteína fotorreceptora, iniciando la transducción de la señal luminosa.
3. Transducción de señales:los cambios conformacionales en la proteína fotorreceptora conducen a la activación de vías de señalización posteriores. Esto puede implicar interacciones con otras proteínas, como quinasas, fosfatasas y factores de transcripción, que amplifican y transmiten la señal luminosa por toda la célula.
4. Respuesta celular:la transducción de la señal luminosa finalmente da como resultado una respuesta celular. Esto puede incluir cambios en la expresión genética, la actividad enzimática, el metabolismo, la motilidad u otros comportamientos. Por ejemplo:
- En las bacterias fotosintéticas, la luz desencadena la fotosíntesis activando la síntesis de enzimas implicadas en la conversión de la energía luminosa en energía química.
- En determinadas bacterias fototróficas, la luz puede regular la expresión de genes implicados en la síntesis de pigmentos, permitiendo a las bacterias adaptarse a diferentes condiciones lumínicas.
- En algunas bacterias fototácticas, la luz puede influir en el movimiento celular controlando la dirección de rotación flagelar, guiándolas hacia o lejos de la fuente de luz.
La fotorrecepción bacteriana les permite detectar y responder a los cambios en el entorno luminoso y regular varios procesos celulares en consecuencia. Es crucial para su supervivencia, adaptación e interacción con su entorno.