1. Materiales sintéticos: La mayoría de nuestra ropa está hecha de materiales sintéticos, como poliéster, nailon y acrílico. Estos materiales están hechos de fibras largas y delgadas que son muy fuertes y duraderas.
2. Abrasión: Cuando lavamos nuestra ropa, las fibras rozan entre sí y contra el interior de la lavadora. Esto hace que las fibras se rompan en pedazos cada vez más pequeños, que se llaman microfibras.
3. Aguas residuales: Las microfibras son demasiado pequeñas para ser atrapadas por la mayoría de los filtros de las lavadoras, por lo que van por el desagüe hasta el sistema de aguas residuales.
4. Océano: Las aguas residuales de nuestros hogares y negocios eventualmente desembocan en el océano. Las microfibras pueden permanecer suspendidas en el agua durante largos períodos de tiempo y pueden viajar largas distancias gracias a las corrientes oceánicas.
5. Ingestión por vida marina: Los animales marinos, como peces, ballenas y aves marinas, pueden ingerir microfibras. Las microfibras pueden bloquear el tracto digestivo de los animales y provocar que mueran de hambre. También pueden absorber sustancias químicas tóxicas del agua, que luego pueden pasar a la cadena alimentaria.
6. Muerte: La contaminación por microfibras puede provocar la muerte de animales marinos por inanición, enfermedades o envenenamiento químico. También puede afectar la reproducción y el desarrollo de los animales marinos.
La contaminación por microfibras es un problema grave que está dañando nuestros océanos y la vida marina. Todos podemos ayudar a reducir la contaminación de las microfibras lavando nuestra ropa con menos frecuencia, usando agua fría y evitando el uso de suavizantes.