El nuevo estudio, publicado en Nature Communications, podría conducir a nuevas variedades de cultivos que absorban mejor los nutrientes del suelo, beneficiando la seguridad alimentaria mundial.
Los científicos, dirigidos por el Dr. Jonathan Hejatko, estudiaron las estrigolactonas sumergiendo semillas de arroz en la hormona, lo que ralentizó el crecimiento de sus raíces primarias (las primeras raíces que emergen de la semilla) y desencadenó el crecimiento de las raíces laterales. Para comprender por qué sucedió esto, el equipo cristalizó la enzima DWARF14 y luego determinó su estructura mediante una técnica llamada cristalografía de rayos X.
El equipo de investigación descubrió que DWARF14 trabaja junto con otra enzima llamada MAX2 para convertir una molécula llamada carlactona en estrigolactona. La estrigolactona actúa sobre el meristemo de la raíz primaria (una región donde las células se dividen constantemente) para inhibir la producción de nuevas células y, por lo tanto, retardar el crecimiento de las raíces.
El trabajo también revela cómo la abundancia de estrigolactona en las plantas cambia en respuesta a diferentes condiciones ambientales, como la luz y la disponibilidad de nutrientes. Esto es particularmente importante para las plantas porque sus sistemas de raíces deben ser adaptables a entornos cambiantes.
Los hallazgos son un importante paso adelante en la comprensión de las bases moleculares de la acción de la estrigolactona, lo que podría conducir al desarrollo de variedades de cultivos con características mejoradas, como una mayor eficiencia de absorción de nutrientes y resistencia a la sequía.
"Ahora conocemos detalladamente cómo funcionan las estrigolactonas", afirmó el Dr. Hejatko. "Este conocimiento podría utilizarse para desarrollar nuevas variedades de cultivos que sean más resistentes a la sequía y tengan una mayor eficiencia en la absorción de nutrientes, lo que beneficiaría la seguridad alimentaria mundial".