Por ejemplo, los estudios de espinosos infectados con la tenia Schistocephalus solidus han demostrado que los peces infectados comen menos y crecen más lentamente que los peces no infectados. Esto puede tener un impacto significativo en la población de espinosos porque los peces infectados tienen menos probabilidades de sobrevivir hasta la edad adulta y reproducirse. Además, los peces infectados son más vulnerables a la depredación, lo que puede reducir aún más la población de espinosos.
La reducción del consumo de alimentos por parte de los huéspedes infectados también puede tener un impacto negativo en otros organismos que dependen de ellos para alimentarse. Por ejemplo, si los espinosos infectados son una fuente importante de alimento para las aves, entonces la disminución de la población de espinosos también podría tener un impacto negativo en la población de aves.
Por tanto, los efectos no letales de los parásitos pueden tener un impacto significativo en el ecosistema en su conjunto. Al reducir la cantidad que comen sus huéspedes, los parásitos pueden alterar el equilibrio entre diferentes especies y cambiar el flujo de energía a través del ecosistema.