Un día lunar, o el tiempo que tarda la Luna en completar una rotación completa sobre su eje, dura aproximadamente 27,3 días terrestres. Esto significa que la Luna experimenta un día de casi 15 días terrestres, seguido de una noche que también dura aproximadamente 15 días terrestres.
Durante el día lunar, el sol brilla continuamente en un lado de la Luna, mientras que el otro lado queda sumido en la oscuridad. La temperatura en el lado iluminado de la Luna puede alcanzar hasta 127 grados Celsius (260 grados Fahrenheit), mientras que la temperatura en el lado oscuro puede bajar a -173 grados Celsius (-280 grados Fahrenheit).
Las diferencias extremas de temperatura entre las caras diurna y nocturna de la Luna se deben a la falta de atmósfera. La atmósfera de la Luna es extremadamente delgada, por lo que no proporciona ningún aislamiento del calor del sol o del frío del espacio.
Noches en la Luna
Las noches lunares se caracterizan por un frío extremo y oscuridad. La temperatura en el lado oscuro de la Luna puede descender a -173 grados Celsius (-280 grados Fahrenheit) y no hay luz solar que proporcione iluminación.
La oscuridad de la noche lunar también se debe a la falta de atmósfera. La atmósfera de la Luna es tan delgada que no dispersa la luz del sol, por lo que no hay crepúsculo ni luz de luna.
Las condiciones extremas de la Luna durante el día y la noche la convierten en un entorno desafiante para la exploración humana. Sin embargo, los científicos están trabajando en formas de superar estos desafíos y hacer posible que los humanos vivan y trabajen en la Luna.