Los trajes espaciales necesitan una mejora importante para la siguiente fase de exploración
El prototipo de traje lunar xEMU, presentado por la NASA en 2019. Crédito:NASA / Joel Kowsky
El ser humano lleva mucho tiempo soñando con poner un pie en la Luna y otros cuerpos planetarios como Marte. Desde la década de 1960, los viajeros espaciales se han puesto trajes diseñados para protegerlos del vacío del espacio y han salido a lo desconocido.
Sin embargo, la misión Polaris Dawn, que incluirá el primer paseo espacial organizado por una empresa privada, se ha retrasado. Esto se debe a complicaciones con el diseño y desarrollo de un traje espacial adecuado.
Los trajes lunares también son uno de los elementos clave del programa lunar Artemis de la NASA que aún no se ha entregado. Un informe publicado en noviembre de 2023 decía que el contratista que fabrica los trajes tiene que revisar aspectos del diseño proporcionado por la NASA, lo que podría provocar retrasos.
Sin embargo, el primer paseo espacial, realizado por el cosmonauta soviético Alexei Leonov, tuvo lugar en 1965. Posteriormente, 12 astronautas de la NASA caminaron sobre la superficie lunar, entre 1969 y 1972, utilizando una tecnología que sería eclipsada por los teléfonos inteligentes actuales. Por lo tanto, no es descabellado preguntarse por qué todavía puede resultar difícil diseñar y construir trajes espaciales para hacer lo mismo.
Mucho ha cambiado desde que las misiones Apolo plantaron banderas en la luna. La geopolítica que impulsa los viajes espaciales ha cambiado y ya no se espera que los trajes espaciales sean sólo una forma de protección. Más bien, son una forma fundamental de mejorar la productividad de los astronautas. Esto implica repensar no sólo los trajes en sí, sino también la tecnología que los respalda.
Una serie de potentes tecnologías de telecomunicaciones para conectar a los astronautas con las estaciones espaciales y el control terrestre se combinan con cámaras multisensoriales, lectores de temperatura y sensores de proximidad en los trajes espaciales actuales.
La conciencia situacional (comprender elementos clave del entorno, como la salud de un astronauta) es un principio fundamental para el diseño de trajes espaciales modernos y fundamental para la seguridad del operador. La capacidad de un traje para realizar un seguimiento de la frecuencia cardíaca y otros signos vitales es importante en el vacío, donde los niveles de oxígeno necesitan un control constante.
Las expectativas sobre los riesgos que corren los astronautas han cambiado para mejor. Y el nivel de inversión que se necesita para producir un traje espacial requiere que pueda usarse para tareas futuras que pueden incluir asentamientos lunares en las próximas décadas.
La compensación que deben hacer los ingenieros al incorporar tecnología portátil como las ya mencionadas es el peso. ¿Una mayor conciencia situacional dará como resultado un traje espacial demasiado pesado para moverse con eficacia?
Cuando Elon Musk insinuó por primera vez los desafíos con el traje espacial de actividad extravehicular para Polaris Dawn en una presentación a los empleados de SpaceX en enero, no habló de dificultades con la tecnología conectada, sino de rediseñar "el traje para que realmente te muevas con él". "