La selección de parentesco se basa en el concepto de parentesco genético. Cuanto más estrechamente relacionados estén dos individuos, más probabilidades habrá de que compartan genes. Esto significa que si un individuo ayuda a sus parientes a sobrevivir y reproducirse, es más probable que transmita sus propios genes que si ayuda a un individuo no relacionado.
El grado de parentesco genético entre dos individuos está determinado por la cantidad de alelos compartidos que tienen. Los alelos son versiones diferentes de genes y se heredan de los padres. Cuantos más alelos compartidos tengan dos individuos, más estrechamente relacionados estarán.
La selección de parentesco se puede observar en muchas especies diferentes, incluidos los humanos. Por ejemplo, en los seres humanos, los padres suelen ayudar a sus hijos a sobrevivir y reproducirse, incluso si eso significa sacrificar sus propios recursos. Esto se debe a que los padres comparten el 50% de sus genes con sus hijos. Esto significa que cuando los padres ayudan a sus hijos, indirectamente les están transmitiendo sus propios genes.
La selección de parentesco también se observa en otros animales, como leones, elefantes y chimpancés. En estas especies, los individuos suelen ayudar a sus parientes a sobrevivir y reproducirse, incluso si eso significa arriesgar sus propias vidas. Esto se debe a que los beneficios de ayudar a los familiares superan los riesgos.
La selección de parentesco es una fuerza evolutiva importante que ha ayudado a moldear el comportamiento social de muchas especies diferentes. Es una fuerza poderosa que puede conducir a la evolución de la cooperación y el altruismo, incluso en especies donde los individuos no están directamente relacionados.