Los miembros de la tripulación estuvieron felices de atender estas solicitudes siempre que fue posible, pero también tuvieron que tener en cuenta el espacio limitado en el transbordador. Al final tuvieron que poner un límite cuando alguien les pidió que llevaran un piano de tamaño real al espacio.
A pesar de los desafíos, los miembros de la tripulación disfrutaron la oportunidad de conectarse con el público y compartir su entusiasmo por la próxima misión. Sabían que estaban haciendo historia y querían que todos fueran parte de ella.
Al final, los miembros de la tripulación completaron con éxito su misión y regresaron sanos y salvos a la Tierra. Trajeron consigo una gran cantidad de recuerdos y experiencias, así como un renovado sentido de aprecio por el apoyo del pueblo estadounidense.