La atención de los medios en torno al nombre de Obama ha sido significativa. En 2008, el New York Times publicó un artículo titulado "El juego de los nombres", que exploraba el impacto potencial del segundo nombre de Obama en su carrera política. El artículo citaba a varios expertos que decían que el nombre Hussein podría ser un problema para Obama, particularmente entre los votantes judíos.
Sin embargo, no hay evidencia que sugiera que el segundo nombre de Obama haya tenido un impacto negativo en su carrera política. Ganó las elecciones presidenciales de 2008 por un margen significativo y actualmente disfruta de altos índices de aprobación entre los votantes judíos.
En conclusión, la atención de los medios en torno al segundo nombre de Obama ha sido significativa, pero no hay evidencia que sugiera que el nombre Hussein haya tenido un impacto negativo en su carrera política.