Los cambios curriculares suelen requerir varios años para demostrar un éxito sustancial o sostenible. En general, se necesitan entre tres y cuatro años para que los cambios curriculares se implementen plenamente y se evalúe su eficacia. Este cronograma permite suficiente tiempo para que los maestros se familiaricen con nuevos materiales y estrategias, para que los estudiantes se adapten a nuevas experiencias de aprendizaje y para que se recopilen y analicen datos para medir el impacto de los cambios.
Además, el éxito de los cambios curriculares puede verse influenciado por múltiples factores, como la naturaleza y el alcance de los cambios, el compromiso y apoyo de los docentes y administradores, y la disponibilidad de recursos y desarrollo profesional. Por lo tanto, es importante monitorear el progreso y hacer los ajustes necesarios durante la fase de implementación para garantizar resultados exitosos.