1. Campo de visión limitado: Las cámaras corporales sólo capturan una perspectiva limitada, a menudo desde el punto de vista del oficial. Es posible que no capturen ciertos ángulos o acciones que contribuyen a incidentes de brutalidad policial.
2. Activación selectiva: Los oficiales tienen discreción sobre cuándo activar las cámaras que llevan en el cuerpo. En casos de brutalidad policial, es posible que los agentes no activen o apaguen deliberadamente la cámara para evitar capturar pruebas incriminatorias.
3. Falta de políticas y capacitación coherentes: La implementación de cámaras corporales debe ir acompañada de políticas, directrices y capacitación claras sobre su uso adecuado y consistente. La falta de estandarización y capacitación puede resultar en un uso inconsistente de las cámaras, lo que limita su efectividad.
4. Cuestiones culturales y sistémicas: La brutalidad policial a menudo surge de cuestiones culturales y sistémicas más profundas dentro de las agencias encargadas de hacer cumplir la ley. Para abordarlos se requieren reformas integrales y cambios en las prácticas policiales, los procedimientos, la capacitación, los mecanismos de rendición de cuentas y los esfuerzos de fomento de la confianza de la comunidad.
5. Percepción y confianza del público: La presencia de cámaras corporales por sí sola no cambia necesariamente la percepción del público ni infunde confianza. La confianza pública en la aplicación de la ley es esencial para construir una relación sana y colaborativa entre la comunidad y la policía, lo cual es fundamental para prevenir la brutalidad policial.
6. Revisión y responsabilidad limitadas: Es posible que las imágenes de las cámaras corporales no siempre conduzcan a una rendición de cuentas o a medidas disciplinarias efectivas. Las revisiones de las imágenes pueden ser subjetivas y es posible que los agentes no sean responsables si las imágenes no son concluyentes o son insuficientes.
Es importante señalar que las cámaras corporales son una herramienta que puede contribuir a la responsabilidad policial y disuadir ciertos tipos de mala conducta. Sin embargo, no son una solución milagrosa y son necesarios cambios sistémicos para prevenir casos de brutalidad policial y promover una cultura de respeto, transparencia y justicia dentro de las fuerzas del orden.