El proceso de llevar a juicio un cargo de violación suele ser muy difícil. La víctima tenía que demostrar que había sido violada, y esto podía resultar muy difícil de lograr, sobre todo si no había testigos. En algunos casos, la víctima podría verse obligada a someterse a un juicio mediante ordalía, en el que tendría que demostrar su inocencia caminando sobre fuego o agua caliente.
Si un hombre fuera declarado culpable de violación, sería severamente castigado. Además de los castigos mencionados anteriormente, también se le podría obligar a llevar un cartel que proclamara su delito. Esto tenía como objetivo avergonzarlo y disuadir a otros de cometer el mismo crimen.
Las leyes contra la violación no siempre se aplicaban por igual. En algunos casos, hombres ricos y poderosos pudieron escapar del castigo por violación, incluso si fueron declarados culpables. Esto se debía a que podían permitirse el lujo de pagar sobornos o contratar abogados para defenderlos.
A pesar de las dificultades, hay muchos casos de mujeres que lograron llevar a sus violadores ante la justicia en la Edad Media. Estos casos muestran que la ley no siempre estuvo del lado de los poderosos y que las mujeres pudieron defenderse de las agresiones sexuales.