En la mayoría de los casos, las ballenas jorobadas no se consideran una amenaza para los humanos. Suelen ser curiosos y juguetones, y pueden acercarse a barcos o nadadores por curiosidad. Sin embargo, es importante recordar que las ballenas jorobadas son animales grandes y pueden ser impredecibles. Si una ballena jorobada se siente amenazada, puede golpear el agua con su cola o sus aletas, lo que puede causar lesiones graves a cualquiera que se encuentre en la zona.
En algunos casos, se sabe que las ballenas jorobadas se acercan demasiado a los humanos y causan daños a la propiedad. Por ejemplo, en 2015, una ballena jorobada irrumpió en el agua cerca de un barco en Hawaii y aterrizó en la cubierta, causando grandes daños al barco.
Es importante ser consciente de los riesgos potenciales asociados con las ballenas jorobadas y tomar medidas para evitar acercarse demasiado a ellas. Si se encuentra en un área donde se sabe que frecuentan las ballenas jorobadas, es importante mantenerse a una distancia segura y evitar realizar movimientos bruscos que puedan asustar a las ballenas.