Por el contrario, cuando escuchamos los pasos de otra persona, las ondas sonoras viajan directamente a nuestros oídos sin ser amortiguadas por nuestro propio cuerpo. Por eso podemos escuchar los pasos de otras personas con más claridad que los nuestros.
Aquí hay algunos factores adicionales que pueden afectar qué tan bien podemos escuchar nuestros propios pasos:
- El tipo de calzado que llevamos:los zapatos con suela dura hacen pisadas más ruidosas que los zapatos con suela blanda.
- La superficie sobre la que caminamos:las pisadas son más fuertes en superficies duras que en superficies blandas.
- La distancia que nos encontramos de la persona que camina:cuanto más lejos estemos, más silenciosos serán los pasos.
- El nivel de ruido ambiental:si hay mucho ruido de fondo, puede resultar más complicado oír nuestros propios pasos.