Si bien las endorfinas pueden producir sensaciones placenteras y una sensación de recompensa, no son adictivas del mismo modo que lo son las drogas o el alcohol. Las sustancias adictivas provocan cambios en la vía de recompensa del cerebro, lo que lleva a un comportamiento compulsivo de búsqueda de drogas, tolerancia y síntomas de abstinencia. Las endorfinas son producidas naturalmente por el cuerpo en respuesta a diversos estímulos, como el ejercicio, la alimentación y las interacciones sociales. Sin embargo, los niveles de endorfinas no suelen alcanzar la misma intensidad ni producir los mismos efectos adictivos que las sustancias adictivas.