¿Por qué los activistas, tan apasionados por su trabajo por la justicia social, a menudo están agotados por esas mismas causas? No solemos pensar en el activismo como una forma de trabajo, pero lo es. La investigación sobre los activistas que componen los movimientos por la justicia social sugiere que las presiones del trabajo activista pueden hacer que experimenten graves consecuencias para su propio bienestar mental.
En algunos casos, podrían verse obligados a abandonar el activismo por completo, perjudicando a sus movimientos activistas en su conjunto.
Para comprender cómo los activistas pueden gestionar mejor los desafíos de su trabajo, nuestra investigación examina cómo se podría utilizar la autocompasión para ayudarlos a aliviar el estrés y evitar el agotamiento.
El trabajo activista a menudo no tiene éxito al principio:el progreso social lleva mucho tiempo, especialmente frente a barreras sistémicas. Los activistas tienden a ser muy conscientes de las injusticias contra las que luchan y de lo difícil que es lograr cambios. Frente a estas luchas, muchos activistas pueden sentirse desesperanzados por los temas que les apasionan, lo que les provoca una grave angustia mental.
Dadas estas cargas, los activistas necesitan apoyo para afrontar sus pensamientos y sentimientos dolorosos. Sin embargo, algunos activistas sugieren que estos recursos no siempre están disponibles. Los no activistas pueden menospreciar sus esfuerzos o no brindarles apoyo, y los activistas que pertenecen a grupos marginados pueden sufrir discriminación incluso dentro de sus organizaciones. Además de esto, algunos activistas se sienten presionados a participar en el trabajo de justicia social sin quejarse, incluso cuando están pasando por dificultades graves.
Es importante reconocer que muchas de las experiencias negativas que enfrentan los activistas deberán abordarse mediante cambios sistémicos. Esto podría incluir una sociedad que esté más abierta al progreso y más comprensiva con quienes participan en el trabajo por la justicia social. Los movimientos progresistas también podrían ofrecer más apoyo a sus miembros, en particular a aquellos que sufren prejuicios.
Sin embargo, si los movimientos van a proporcionar recursos a sus miembros para hacer frente al estrés de su trabajo, deberíamos considerar qué apoyos podrían ser más útiles. Introduzca la autocompasión:este término se refiere a nuestra capacidad de responder a nuestro propio sufrimiento con cuidado y apoyo, y se compone de tres componentes.
Como hay muchos recursos e intervenciones para la autocompasión que han sido probados y han demostrado ser exitosos, esto aumenta su utilidad para las poblaciones activistas.
Para los activistas que luchan con las emociones dolorosas que surgen de su trabajo, ser compasivos con uno mismo podría ser un apoyo valioso. Esto podría implicar tratarse a sí mismos con amabilidad, recordar que están unidos en sus luchas con otros activistas y ser conscientes de sus pensamientos y sentimientos.
El uso de estas estrategias podría ayudar a proporcionar a los activistas la fuerza interna para continuar con sus esfuerzos y al mismo tiempo dedicar tiempo a su propio cuidado personal.
En investigaciones anteriores, la autocompasión se ha relacionado con niveles más altos de esperanza y niveles más bajos de desesperanza. Ambos son estados emocionales que los activistas vinculan con su bienestar y su capacidad para gestionar las presiones de su trabajo por la justicia social. Posiblemente, al apoyarse más a sí mismas, las personas autocompasivas sean capaces de ser más optimistas.
Además, el aspecto de atención plena de la autocompasión puede ayudar a las personas a evitar reflexionar sobre experiencias difíciles, lo que a su vez reduce los sentimientos de desesperanza. Las intervenciones de autocompasión y autocompasión también se han relacionado con niveles más bajos de agotamiento en varias poblaciones laborales.
Mi propia investigación de tesis en psicología ha ampliado estos hallazgos al identificar una relación entre niveles más altos de autocompasión y niveles más bajos de desesperanza y agotamiento entre los activistas. Esto sugiere que la relación entre la autocompasión y la salud mental se extiende a quienes participan en movimientos por la justicia social.
Desde campañas sobre el cambio climático y la desigualdad de ingresos hasta protestas contra el antirracismo y la guerra, el activismo desempeña un papel vital en el mundo. Llama la atención sobre aquellos marginados por sistemas desiguales y arroja luz sobre cuestiones a menudo olvidadas. Es importante reconocer este trabajo, así como el costo emocional y mental que puede tener para las personas que luchan por lograr cambios.
Proporcionado por The Conversation
Este artículo se vuelve a publicar desde The Conversation bajo una licencia Creative Commons. Lea el artículo original.