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    La mitad de nuestras compañeras sufren dolores y molestias durante la menstruación, pero siguen siendo un tema tabú en el trabajo
    Crédito:Unsplash/CC0 Dominio público

    ¿Alguna vez te has sentido enfermo en el trabajo? Quizás haya tenido una intoxicación alimentaria o gripe. Te dolía la barriga o te sentías cansado, lo que dificultaba concentrarte y ser productivo.



    ¿Qué posibilidades hay de que le digas a tu jefe que no te encuentras bien y que tienes que volver a casa?

    Si bien los empleados probablemente le contarían a su jefe sobre un malestar estomacal, muchas de las que menstrúan y se sienten mal todos los meses, es poco probable que hablen sobre sus períodos difíciles.

    Especialmente en el trabajo. Esto fue confirmado en nuestro estudio reciente de 247 estudiantes y trabajadores que tienen períodos. Descubrimos que solo el 6,7 % sería honesto con su empleador acerca de por qué tuvieron que dejar el trabajo o quedarse en casa.

    Además, el 87 % de las encuestadas (96 % identificadas como mujeres) sintieron que su período a menudo interfería con su trabajo o estudio.

    Un encuestado nos dijo:"A veces simplemente decía que no me encontraba bien y que necesitaba trabajar desde casa para estar cerca del baño. Dejaba que la gente supusiera que era gastroenteritis". Otro dijo:"No me siento cómodo dando esto como una razón para faltar al trabajo, ya que parece una excusa a pesar de vivir con dolor crónico".

    Sin duda, el tema de la menstruación sigue estando en la lista de tabúes. Y también está afectando claramente al lugar de trabajo.

    La buena noticia es que estamos empezando a ver iniciativas destinadas a hacer que los lugares de trabajo sean más inclusivos para las personas que menstrúan.

    A principios de este mes, los empleados del gobierno de Victoria que padecían dolores menstruales, síntomas de la menopausia y tratamientos de FIV recibieron cinco días adicionales de licencia por enfermedad como parte de las negociaciones del acuerdo de negociación empresarial.

    Pero Victorian Women's Trust lideró el camino en Australia al ser la primera empresa en introducir una Política de Bienestar Menstrual y Menopausia."

    Otras organizaciones como Aintree Group, Fisher and Paykel Healthcare, Cura Day Hospitals Group y la empresa deportiva Core Climbing también se están sumando.

    Muchas escuelas ofrecen toallas sanitarias y tampones gratuitos, que también están disponibles en las instalaciones del ayuntamiento de Melbourne, en TAFE Queensland y en universidades como Griffith y Monash.

    La lista de empleadores puede crecer si campañas como "Nowhere to Go" del Electrical Trades Union y "We're Bloody Essential" del Sindicato de Trabajadores del Comercio Minorista y de Comida Rápida son efectivas, ya que están presionando para que más empresas consideren las necesidades menstruales de sus empleados.

    Tener acceso a productos menstruales gratuitos parece estar dando sus frutos, ya que nuestra investigación encontró que el 84,6 % de las empleadas dijeron que les hace sentir que su lugar de trabajo se preocupa por ellas y reduce la probabilidad de que dejen el trabajo debido a su período.

    Un encuestado explicó:"La menstruación puede ser difícil. Una vez sangré a través de mi ropa en el trabajo y tuve que irme. Fue muy estresante y humillante. Los productos gratuitos para la menstruación podrían cambiar el día de una persona".

    Esto es alentador, pero también sugiere que los productos accesibles por sí solos no eliminarán el tabú ni apoyarán un lugar de trabajo que incluya la menstruación. Es necesario hacer más.

    Cómo crear un lugar de trabajo que incluya la menstruación

    1. Reconocer el impacto de los períodos

    Nuestro estudio identificó que las personas que menstrúan regularmente experimentan síntomas físicos como dolor abdominal (94%), dolor de espalda (82%) y dolores de cabeza (82%) antes o durante su período. También describen síntomas emocionales como ansiedad, fatiga, depresión e irritabilidad.

    Un encuestado dijo:"Mis calambres son tan dolorosos que me hacen sentir físicamente mal, como si fuera a vomitar. Por eso no me gusta estar fuera de casa porque no puedo mantenerme erguido".

    Y otro:"Mi período aumenta mi nivel general de ansiedad en clase, en el trabajo y en todas las demás situaciones. Puede causarme mucha ansiedad durante las clases y el trabajo, y me cuesta concentrarme".

    Para evitar sentimientos de humillación, vergüenza y discriminación, las personas con la regla suelen enmascarar y ocultar los síntomas. Cuando esto sucede, los empleados informan estar menos comprometidos y productivos.

    Al empatizar con las menstruadoras que se ven afectadas de diversas maneras, las organizaciones pueden apoyarlas y empoderarlas para que cuiden de su bienestar general y menstrual.

    2. Conviértete en un líder inclusivo

    Los líderes inclusivos tratan la salud menstrual como una cuestión de justicia y derechos humanos que es colectivamente importante para las personas y la organización. Estos líderes reconocen que las personas con su período deben recibir apoyo, por lo que les hablan sobre formas culturales y prácticas en las que el lugar de trabajo puede hacerlas sentir seguras y permitirles manejar su período con dignidad.

    Esto podría significar proporcionar productos menstruales gratuitos u ofrecer a las menstruadoras descansos y horarios de trabajo flexibles cuando tienen su período. Los líderes inclusivos reconocen que algunas personas pueden necesitar una licencia menstrual remunerada.

    3. Normalizar las discusiones sobre la menstruación

    Los líderes inclusivos van más allá de las estrategias prácticas:crean un entorno positivo al desafiar el estigma y la discriminación. Normalizan las conversaciones sobre la menstruación y garantizan que las personas que menstrúan se sientan escuchadas, apoyadas y respetadas. Ofrecen educación y capacitación para desmantelar el tabú menstrual en los lugares de trabajo y reemplazarlo con una cultura que abraza el bienestar menstrual.

    En última instancia, para que nuestros lugares de trabajo sean equitativos e inclusivos, debemos estar dispuestos a hablar sobre la menstruación de manera abierta y honesta y aprender sobre el impacto que tiene en las empleadas. Sólo entonces los trabajadores se sentirán capaces de hablar sobre lo que satisface sus necesidades de salud.

    Proporcionado por The Conversation

    Este artículo se vuelve a publicar desde The Conversation bajo una licencia Creative Commons. Lea el artículo original.




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