Un devastador incendio de hace 2.200 años preservó un momento de vida y guerra en la España de la Edad del Hierro, hasta en un solo pendiente de oro
El arete de oro encontrado por los científicos, fotografiado sobre un fondo oscuro, frente al frasco en el que fue encontrado. Crédito:Marco Ansaloni
Un edificio en ruinas en medio de los Pirineos registra una tragedia para las personas que vivían allí:un incendio devastador que quemó un asentamiento hasta los cimientos, destruyendo casi todo excepto un arete de oro escondido. Ahora, la excavación de los arqueólogos en el Edificio G, en el sitio estratégico de la Edad del Hierro de Tossal de Baltarga, revela una forma de vida descarrilada por la violencia:potencialmente, un episodio olvidado de la guerra entre Cartago y Roma.
"La destrucción se data hacia finales del siglo III a.C., momento en el que los Pirineos se vieron envueltos en la Segunda Guerra Púnica y el paso de las tropas de Aníbal", afirma el doctor Oriol Olesti Vila, de la Universidad Autónoma de Barcelona, autor principal del estudio. un artículo en Fronteras en Arqueología Ambiental .
"Es probable que la destrucción violenta del sitio estuviera relacionada con esta guerra. El incendio general apunta a una destrucción antrópica, intencionada y muy efectiva:no sólo el edificio G, sino todos los edificios del sitio fueron destruidos. En el edificio D encontré un perro completo, quemado…”
Tesoro enterrado
Tossal de Baltarga era un castro de la comunidad Cerretani, que tenía un asentamiento importante en el cercano Castellot de Bolvir. Parece haber carecido de murallas defensivas, pero tenía una excelente vista sobre el río y las rutas de viaje críticas. Su repentina destrucción preservó restos orgánicos, lo que permitió a los arqueólogos pintar un cuadro detallado de la vida que llevaban sus ocupantes hasta que fue incendiado.
"Estos valles eran un territorio importante desde el punto de vista económico y estratégico", afirmó Olesti Vila. "Sabemos que Aníbal pasó los Pirineos luchando contra las tribus locales, probablemente los cerretanos. No se conservan muchos restos arqueológicos de esta expedición. El Tossal de Baltarga es probablemente uno de los mejores ejemplos."