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Mientras los padres y las escuelas buscan apoyar las necesidades sociales y emocionales de los estudiantes, y enseñarles lo que necesitan aprender, algunos líderes educativos están perdiendo una oportunidad particularmente efectiva.
El Departamento de Educación de EE. UU. ha ofrecido orientación sobre cómo ayudar a los estudiantes a superar el estrés y el trauma de la pandemia y reajustarse a la educación presencial después de largos períodos de escuelas cerradas. Pero como alguien que estudia el recreo en relación con el desarrollo infantil, no pude evitar notar que faltaba el recreo en la guía federal y en muchos esfuerzos locales para apoyar a los estudiantes a medida que la pandemia continúa desarrollándose.
La actividad física y la conexión social que se lleva a cabo durante el recreo ayudan a que el cerebro de los niños funcione y se desarrolle adecuadamente al reducir sus niveles de estrés, regular su sistema nervioso y permitirles estar más involucrados una vez que regresen al salón de clases.
El estrés y el cerebro
La función cerebral de una persona en un estado de calma se rige en gran medida por la corteza prefrontal, que maneja lo que a menudo se denomina "funciones ejecutivas" y la capacidad de regular el comportamiento y las emociones. Esto hace posible que las personas sigan instrucciones, usen claves de contexto para resolver problemas, presten atención e incorporen nueva información al conocimiento existente. Las personas con niveles más altos de funciones ejecutivas tienden a desempeñarse mejor en la escuela y se sienten mejor consigo mismas.
La función cerebral de una persona bajo altos niveles de angustia cambia a áreas menos avanzadas del cerebro que manejan comportamientos más reactivos. Esto interrumpe esas funciones ejecutivas y puede hacer que la persona sea retraída, distraída o hiperactiva. Todos ellos pueden interferir con la capacidad de aprendizaje de la persona.
Este cambio en la función cerebral relacionado con el estrés también puede afectar la motivación de los estudiantes. El estrés crónico, prolongado e impredecible inhibe la liberación de dopamina, una sustancia química del cerebro que ayuda a las personas a sentir una sensación de placer y recompensa durante el aprendizaje. En este estado, es probable que los desafíos de aprendizaje se perciban como amenazas, que continuarán activando regiones cerebrales más reactivas y dañando más profundamente la capacidad de aprendizaje de la persona.
3 maneras en que el recreo ayuda a aprender
La oportunidad de pasar tiempo al aire libre jugando es tan importante que las Naciones Unidas lo han declarado un derecho de todos los niños. Mis colaboradores de investigación y yo descubrimos que cuando los niños tienen un recreo en un ambiente seguro que incluye interacciones positivas con adultos y compañeros, los estudiantes tienen menos problemas con las funciones ejecutivas y mejor comportamiento en el aula. La investigación de la ciencia del cerebro respalda esto al mostrar cómo tres aspectos diferentes del recreo reducen el estrés y mejoran la función ejecutiva, lo que ayuda a los niños a aprender con más éxito durante el día escolar.
La investigación muestra claramente los beneficios del recreo para los niños. El tiempo de recreo constante y predecible, incluso más de una vez al día, ayuda a los niños a reducir el estrés, formar conexiones sociales en la escuela y preparar sus cerebros para aprender.