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Las redes sociales tienen la reputación de ser espontáneas, apresuradas, propensas a errores tipográficos y oraciones gramaticales y, en general, un desastre lingüístico. Y algo de eso es. Sin embargo, el análisis de las publicaciones de Twitter sobre el tema de COVID-19 sugiere que hay más en el lenguaje de las redes sociales de lo que parece a simple vista.
Si bien las pandemias no son nuevas, la COVID-19 es la primera en ocurrir en la era de las redes sociales. Cualquier persona con un dispositivo y conexión a Internet ha tenido acceso ilimitado a plataformas desde las que expresar opiniones y experiencias personales.
A medida que se introdujeron las medidas de distanciamiento social físico en 2020, Twitter vio una avalancha de publicaciones relacionadas. Una de sus principales características era una predisposición a la persuasión:¡Quédate en casa! ¡Termine el confinamiento ahora! ¡Se amable! ¡Ojalá todos dejaran de acumular papel higiénico! ¡Jacinda necesita cerrar las fronteras!
Todos tenían una opinión, ya sea de apoyo o crítica de la política del gobierno, incluso pidiendo medidas aún más fuertes. Las personas estaban dispuestas no solo a compartir sus opiniones, sino también a convencer a otros y orientarlos hacia diversas acciones.
Pero el vínculo entre la postura política de las personas y el lenguaje que usaban para expresarlo no siempre era lo que cabría esperar, como descubrimos en nuestra última investigación.
Instrucción y cortesía
El lenguaje de la persuasión presenta una paradoja interesante. Por un lado, queremos instruir a las personas e influir en ellas. Por otro, nadie quiere que le digan qué hacer, por lo que queremos mantener la armonía y no alienar a los demás.
En inglés, existe una construcción gramatical especial cuya función es instruir, conocida como "imperativo", por ejemplo, "Quédate en casa, salva vidas".
Pero esa no es la única manera de instruir. Hay alternativas más educadas y vagas. La fuerza de la directriz puede suavizarse mediante el uso de la cortesía ("Por favor, mantén la calma"), o verbos "modales" ("Todos deberían mantener la calma"), o mediante lo que se conoce como construcciones "irrealis" ("Deseo que todos mantendría la calma"). A veces se pueden combinar varias estrategias ("Por favor, que todos mantengan la calma").
En nuestro estudio reciente, analizamos manualmente 1000 tuits de 2020 que contenían el hashtag #COVID19NZ (o variaciones de este) para descubrir qué estrategias lingüísticas empleaban las personas para persuadir a otros. También incluimos su postura política, ya sea que apoyaran o no las medidas de cierre del gobierno.
Lo que encontramos nos sorprendió:los usuarios que se oponían a las restricciones de COVID-19 y tuitearon en contra de las medidas gubernamentales tuvieron más cuidado en suavizar sus directivas, optando por un lenguaje más cortés y vago; los que apoyaban las acciones gubernamentales utilizaron imperativos más contundentes.
Puede parecer contradictorio que las personas que se oponen a las medidas del gobierno sean tan indirectas. Sin embargo, en el momento de esos cierres iniciales, la mayoría parecía aceptar los sacrificios necesarios para proteger su propia salud y la de las personas vulnerables (ciertamente encontramos esto en los tuits analizados).
Esto puede explicar por qué aquellos que iban en contra del gobierno y la opinión popular percibida estaban siendo lingüísticamente cautelosos. No querían alienar a los demás al parecer demasiado enérgicos o exaltados, por lo que variaron la gramática en sus tweets. Tal lenguaje indirecto también podría usarse para el sarcasmo y para mantener una negación plausible.
La gramática es más que correcta o incorrecta
La gramática no se trata solo de las reglas que surgen de mantener la coherencia dentro del lenguaje (por ejemplo, la concordancia sujeto-verbo:"Me gusta la gramática, a él le gusta gramática"). La gramática también puede variar para permitir la sutileza de la expresión.
El sistema gramatical nos presenta opciones y tiene flexibilidad incorporada. Los oradores utilizan la variación para presentar sus muchas opiniones, agendas y objetivos de comunicación de formas más matizadas.
Curiosamente, incluso en una plataforma de redes sociales como Twitter, una comunicación tan matizada y estratégica puede tener lugar y, de hecho, tiene lugar. Es posible que los usuarios no siempre planifiquen o editen sus publicaciones a la perfección, pero no obstante, tienen conocimientos lingüísticos.
Actualmente estamos analizando publicaciones de Twitter posteriores a la pandemia, específicamente sobre el tema de las vacunas, y el estado de ánimo ciertamente ha cambiado en ese momento. Ambos campos parecen más agresivos en sus directivas, menos inclinados a usar un lenguaje indirecto.
A medida que el debate se vuelve más acalorado, aumentan las apuestas y hay más opiniones en la mezcla. Ya no se trata solo de estar a favor o en contra de las medidas gubernamentales; el apoyo a una medida puede no significar siempre el apoyo a los medios utilizados para lograrla. En consecuencia, las estrategias lingüísticas también están cambiando.
Por ejemplo, un activista contra las vacunas escribe en su tuit:"Salva a las madres y a los bebés". El imperativo contundente es más sutil de lo que parece a primera vista, lo que implica que vacunar a los niños (y a sus madres) los pone en riesgo, sin indicar cuál es el riesgo, pero insinuando que incluso podría ser fatal.
Como siempre, el lenguaje es un vehículo que nos divide tanto como nos une.
Este artículo se vuelve a publicar de The Conversation bajo una licencia Creative Commons. Lea el artículo original. Actitudes frente a las vacunas detectadas en tuits por modelo de IA