Este dicho probablemente proviene de las aguas notoriamente traicioneras del lago, que han cobrado innumerables vidas a lo largo de los años debido a su tamaño, profundidad y clima impredecible. Se han producido muchos naufragios y otros accidentes en el lago Superior, y muchas de las víctimas nunca se han recuperado.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que esta es una expresión figurativa, no una verdad literal. Si bien es cierto que algunos cuerpos del lago Superior nunca se han encontrado, no es porque el lago los esté manteniendo cautivos. Simplemente se debe a la inmensidad y la profundidad del lago, lo que hace que los esfuerzos de recuperación sean desafiantes.