Por ejemplo, si dejas caer una pelota (la causa), caerá al suelo (el efecto). La causa es la acción de dejar caer la pelota y el efecto es que la pelota golpea el suelo.
Las relaciones de causa y efecto son importantes porque nos ayudan a comprender cómo funciona el mundo. Al identificar las causas de los eventos, podemos predecir y controlar mejor el futuro.