- Mimetismo visual: Muchas flores trampa se parecen mucho a las flores ricas en néctar en términos de color, forma y tamaño. Esta imitación visual engaña a los polinizadores, como abejas, avispas o moscas, haciéndoles creer que la flor trampa es una fuente confiable de néctar.
- Imitación de olores: Además de las señales visuales, algunas flores trampa también imitan el aroma de las flores que producen néctar. Este mimetismo olfativo atrae aún más a los polinizadores al imitar las señales químicas que liberan otras flores para atraer a sus polinizadores.
- Falta de recompensas: A diferencia de las flores productoras de néctar, las flores trampa no ofrecen ninguna recompensa alimenticia real a los polinizadores. Esta ausencia de néctar, polen u otros incentivos nutricionales deja a los visitantes atrapados frustrados y ansiosos por escapar.
- Mecanismos de captura: Las flores trampa emplean varios mecanismos para capturar a los polinizadores. Estos mecanismos pueden incluir superficies pegajosas o peludas, pétalos curvados hacia adentro o incluso cámaras llenas de líquido que atrapan temporalmente a los visitantes. Una vez atrapados, los polinizadores pueden pasar varias horas o incluso días intentando escapar.
Si bien puede parecer cruel, esta estrategia engañosa en última instancia beneficia tanto a las flores trampa como a los polinizadores atrapados. Las plantas se reproducen a medida que el polen se transfiere de las anteras a los cuerpos de los polinizadores atrapados. Cuando los polinizadores finalmente escapan, llevan el polen a otras flores, lo que ayuda a la polinización cruzada y a la diversidad genética dentro de la población de plantas.
A pesar de estar atrapados, los polinizadores no suelen sufrir daños a largo plazo. Con el tiempo, aprenden a diferenciar entre flores reales y flores trampa engañosas, adaptando su comportamiento para evitar quedar atrapados en el futuro.